Durante las dos últimas semanas la tensión en el plano político del Perú se ha incrementado a raíz de los continuos destapes de vacunaciones irregulares en funcionarios y exfuncionarios, como es el caso del expresidente Martín Vizcarra y la exministra Pilar Mazzetti. Sin embargo, estas irregularidades no solo se han limitado al Perú sino que se vienen registrando similares acciones en países como Argentina y Ecuador, donde se aprecia un supuesto favoritismo en inoculaciones para funcionarios y sus entornos, perjudicando la adecuada distribución de vacunas para los trabajadores de primera línea.

América del Sur, como otras regiones del mundo en desarrollo, ha batallado para procurar suficientes dosis puesto que los países ricos han comprado los suministros disponibles. “Todos ellos sabían que estaban muriendo los pacientes”, dijo sobre los políticos peruanos Robert Campos, un médico en Lima, “y ellos han vacunado hasta la última chusma de su gente”. La molestia ante los poderosos que se saltaron la fila se ha multiplicado debido a la escasez de vacunas.

Asimismo, Un destacado periodista argentino dio a conocer la semana pasada en una entrevista de radio que fue vacunado en el Ministerio de Salud luego de una llamada a un amigo, que por entonces era el ministro, exhibiendo lo que la gente ha llamado un “vacunatorio VIP” para los aliados del gobierno.

En Brasil, los fiscales han pedido la detención del alcalde de Manaos, una ciudad del norte amazónico devastada por dos olas de coronavirus, bajo sospecha de que le dio acceso preferente a la vacuna a sus aliados.