Vivió en su pequeña casa cercada con bloques de sillar más de 50 años, cuidó de su madre en sus últimos días de vida. No es padre biológico, pero sus vecinos a quienes vio crecer y estima ante el desalojo que vio la tarde de ayer 01 de junio.

Teodosio Quispe Cayllahua, conocido como Tiburcio entre sus vecinos, es sordomudo, no sabe leer ni escribir. Su hermana contrató personal para desalojarlo de manera cruel, así lo asegura Sheila, vecina del adulto mayor, quien lo defendió frente a los destrozos, “Él es como el fundador de la asociación Casimiro, el único que cuidó a su madre cuando estaba de edad, ahora su hermana le hace esto de forma cruel”.

Sentado, triste y solo junto a su viejo colchón en una esquina del parque, repetía “Donde me voy a ir, no tengo nada, aquí quiero morir”, sus casi 8 décadas se llevaron sus fuerzas para defenderse ante el ingreso de invasores. Ante la acción legal suspendida; ciudadanos de la zona, conmovidos por el brusco accionar levantaron un pequeño cuarto de sillar, para que pueda pasar la noche, frente al intenso frío Tiburcio sintió el calor de la gente.

El suceso unió a sus vecinos que ahora piden apoyo de parte de la ciudadanía, ya sea donando víveres, ropa u otros artículos de primera necesidad. Un grupo de voluntarios jóvenes realizarán una adobada el domingo 4 de junio para la construcción de la cocina y servicios que fueron destruidos.

DATO:

Fundo Cabrerías, junto a Visión y Contacto Sur, realizaron un pequeño donativo para que pueda dormir más tranquilo.

Para los que deseen colaborar con la actividad llamar al 936513699