La inteligencia artificial está transformando el terreno de juego empresarial, y no basta con tener el mejor modelo: se necesita mucho más. Javier Albarracín, director del Centro de Tecnología y Transformación Digital de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), advierte que en esta revolución tecnológica los ganadores no serán los que solo usen IA, sino los que la integren de forma invisible y estratégica. Según Albarracín, hay cinco claves que marcarán la diferencia: datos propios, experiencia de usuario, infraestructura tecnológica, especialización y una integración total con los procesos críticos de la empresa.
Los datos exclusivos son el nuevo «oro invisible», afirma Albarracín. Empresas como Tesla o Bloomberg dominan sus sectores porque poseen información difícil de replicar. Asimismo, las aplicaciones que logran volverse parte del hábito cotidiano, como WhatsApp o Google Docs, crean una barrera psicológica que supera cualquier innovación técnica. Por otro lado, la infraestructura es el poder oculto: compañías como NVIDIA o AWS no solo lideran por su tecnología, sino por su capacidad de ejecución y procesamiento.
La especialización también se convierte en escudo frente a la competencia: modelos verticales como Harvey.AI para abogados o Abacus para finanzas muestran cómo la precisión sectorial supera a las soluciones generalistas. Pero la ventaja definitiva es la integración sistémica. “El verdadero poder de la IA estará en que se vuelva indispensable, incrustada en herramientas empresariales como CRMs o ERPs”, concluye Albarracín. En esta nueva era, triunfarán quienes controlen lo intangible: datos, hábitos, infraestructura, expertise e integración.