Moradores del distrito de La Joya denunciaron que la laguna San Camilo estaría registrando un descenso drástico en su caudal debido a la presunta extracción de agua realizada por Southern Perú para el proyecto minero Tía María. Según testigos, cisternas y trabajadores de la empresa acudirían de forma constante al embalse para retirar el recurso hídrico, lo que ha generado preocupación por un posible impacto ambiental de gran magnitud.
Las quejas se intensifican ante la falta de información oficial y la ausencia de un monitoreo transparente que confirme el verdadero estado de la laguna. Los vecinos advierten que la disminución del agua afectaría actividades agrícolas, ganaderas y ecosistemas que dependen directamente de este cuerpo hídrico, considerado vital para la zona. La incertidumbre ha elevado la tensión entre la población y la empresa minera.
En 2024, la Autoridad Nacional del Agua autorizó a Southern Perú a utilizar aguas residuales de la laguna San Camilo, un permiso cuestionado por no haber sido socializado con las autoridades locales y que actualmente enfrenta un pedido de nulidad por presunta falsedad en su emisión. La laguna forma parte de una red hídrica crucial para las comunidades agrícolas de La Joya, que ahora exigen una investigación inmediata y medidas de protección urgentes.